En una semana de gabinete los paneles de prensa pretenden el dibujo de un Estado ordenado de acuerdo a una estructura económica. El maquillaje oculta el derrumbe de fondo en primer lugar, y, sobre todo, la corrida final en la agonía. Cuando el Virrey Cisneros huyó del Cabildo el 25 de Mayo de 1810 se descubrió que llevaba en su carro todas las reservas fiscales de oro de la casa de gobierno.
El aumento a «tasas positivas» fue un pedido exiguo de las entidades bancarias en la última semana. Hubo acuerdo entre sostener circulación paralela de dólares a «precio estable» en los próximos días si y sólo sí se garantiza una liquidez estable previa. En criollo, bancos y empresas anulan inversiones en producción, liquidan stock en circulación con el objetivo de atraerlo al dólar y los ingresos se sostienen mediante bonos de alta tasa. Hoy mismo Pampa Energía e IRSA indicaron que «participarán de deudas bancarias» por un aproximado del sesenta por ciento del capital. Aquí iría un signo de exclamación, una recesión de alto vuelo declarada, más de la mitad del capital de la gran empresa al movimiento financiero, es la política de Kicillof en el año 2014 a una escala de dimensiones terriblemente superiores. La ministra Batakis anunció por la mañana sin decirlo explícitamente que vamos a semanas de arduos despidos y suspensiones. Argentina saldrá de «la crisis de Julio» con un nivel de indigencia y desocupación que superará los récords históricos ya alcanzados.
El cierre de contratos «en todos los planos del estado» es un decreto de fondo contra una pandemia en ascenso, un recorte de fondo contra la salud pública en el momento en que las clínicas anulan masivamente acuerdos con las obras sociales.
La novedad empresarial de la madrugada, antes de la conferencia de Prensa, era que por fin la secretaría de energía había habilitado a la Ministra a avanzar en el concurso por la construcción del gasoducto Néstor Kirchner. Ya la convocatoria de acreedores para la Hidrovía había representado un primer movimiento de expresión de la presencia de la guerra internacional en Argentina. Hoy mismo la prensa comenzó a filtrar informes de coimas y tramoyas de los empresarios que se presentan como acreedores, entre ellos denunciados por negocios nada menos que con Oderbercht, los que llevaron a Lula Da Silva a la cárcel. China anuncia inversiones millonarias por el litio en el Norte Argentino mientras que son los propios gobernadores norteños los que pilotean los acuerdos con el Fondo Monetario. El gobierno de los Fernández se ha transformado en incapaz de una política si quiera burguesa y propia frente al desenvolvimiento de la crisis. El temor del larretismo es que ellos mismos sean incapaces de ser capitanes.
La crisis sacudirá el diálogo y la vida cotidiana de la familia obrera.