Fuera Gildo Insfrán

Escribe Maxi Laplagne

«La hora del pueblo ha llegado», «Viva el formosazo», «Formosa despertó» son apenas algunos de los lemas que se repiten en las calles formoseñas, se repiten en testimonios y se viralizan en los medios digitales. Quien quiera decir que se trata de una movilización espontánea, deberá corregir su versión al tomar nota de que desocupados y trabajadores estatales de toda la Provincia encabezan cortes de rutas totales desde hace varias semanas y, además, de que la rebelión popular contra el estado de sitio, la persecusión policial y la gestión capitalista de la pandemia son una tendencia mundial. A metros de Formosa, Paraguay se subleva para exigir la renuncia del presidente Abdo. Del otro lado del atlántico, el pueblo holandés rechaza el estado de sitio y pone en jaque el poder del parlamento y los reyes, misma situación que se repite en la España que lucha por la libertad de sus artistas. Si es por detenerse en Argentina, también en Chubut el pueblo exige en masa la renuncia del gobernador pro minero Arcioni.

El gobierno de Insfrán, en tanto continuador de una tradición política histórica de la clase dirigente de la Argentina, ha sumido a Formosa en el atraso, la miseria y la pobreza. Carente de desarrollo productivo propio, la población se ve obligada a trabajar de forma precarizada para el estado provincial o los municipios. Cuando las finanzas queman, los despidos son la regla. Miles son lanzados al cuentapropismo en locales o en la calle. Otro sector, trabaja, a veces, en condiciones de semi esclavitud en los cultivos de algodón propiedad de los amigos del gobernador. La pandemia, así, ha puesto a los ojos del pueblo entero la estructura social de la provincia pero a ningún sector se lo ha acompañado para sobrellevarla pues no se ha desarrollado la técnica para abordar el trabajo estatal de forma virtual y los vendedores callejeros no reciben subsidios de ningún tipo, lo contrario a los grandes pulpos de la agricultura que recibieron millones de dólares como gastos de pandemia, todos ellos destinados a la especulación financiera. A los desocupados se les ha vetado el IFE y a los docentes y estudiantes se los obliga a iniciar el ciclo lectivo presencial mientras en la ciudad rige el estado de sitio. La juventud ha tomado la iniciativa en las movilizaciones, incluso, a la hora de enfrentar a la policía. Formosa ha quedado dividido en dos bandos contrapuestos, explotados y explotadores.

Nadie se come el verso de Bullrich. Como parte de un gobierno hambreador la ex ministra se encargó de sostener en el poder a todos los gobernadores que denomina «tiranos». Su jefe de gobierno porteño, Larreta, encabezó el mismo junto a Alberto Fernández y Kicillof la administración nacional de la cuarentena que acabó en cincuenta mil muertes, el banco central y la industria quebrados. Agitando la rebelión formoseña, la oposición sólo busca colar un mensaje: nos opondremos fervientemente a cualquier tipo de aislamiento sanitario y defendemos el contagio en masa de la población en nombre de la circulación capitalista. El pueblo tiene por delante el desafío de destrabar esta contradicción: la oposición macrista es tan enemiga suya como el gobierno de Insfrán y el problema político general no es que se apliquen cuarentenas sino la forma en que los gobiernos capitalistas las administran. En caso de proliferación de la pandemia, un gobierno de trabajadores subsidiaria con al menos cien mil pesos mensuales a toda la población obligada a hacer cuarentena, destrabaría las patentes internacionales de las vacunas para producirlas nacionalmente y avanzar en la vacunación de toda la provincia y el país y desarrollaría un plan de construcciones para garantizar vivienda digna y trabajo para todo el pueblo. El gobierno de Bullrich, en cambio, ni ha vacunado a los enfermeros de los hospitales de la Ciudad en que gobierna.

Finalmente, la falta de democracia y libertad para desarrollar organizaciones políticas, sindicatos y una oposición popular al gobierno es fruto de la estructura social de una provincia en la que la oligarquía gobernante es sostenida por la Casa Rosada. Ninguna variante tradicional de gobierno podrá garantizar las libertades al pueblo formoseño más que su propia acción, el agrupamiento de los trabajadores alrededor de publicaciones y periódicos propios, la conformación de listas opositoras o de sindicatos allí donde no existan. Todo ello desarrollado hasta las últimas consecuencias unifica en criterios propios y programas a los obreros de toda la provincia y, paso a paso, avanzan hacia el desarrollo de una verdadera democracia conformada por asambleas populares coordinadas en toda la provincia de acuerdo a temáticas y regiones propias. Un gobierno de los cientos de miles de formoseños se llevaría puesto en días a Insfrán y su policía. Hace 150 años, nada menos que en París, aprovechando una rebelión como la de Formosa, los trabajadores instalaron su propio gobierno expulsando a los gobernantes de turno.

¡Arriba el pueblo formoseño!

Fuera Gildo Insfrán

Vacunación masiva urgente para toda la población.

Abajo el estado de sitio.

Garantía de trabajo y subsidio para los desocupados obligados a hacer cuarentena.

Por un gobierno de trabajadores conformado por una asamblea constituyente provincial que se unifique con el resto de la Argentina y América Latina.

Libertad a todos los presos políticos.

46 comentarios sobre “Fuera Gildo Insfrán

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