Intervenir activamente en el ballotage chileno

Algunos dirán que la bolsa de Santiago de Chile ha festejado con una suba generalizada de acciones la victoria de Kast y el tercer puesto de Parisi en las elecciones del domingo. En realidad, el “alza del mercado tras varias semanas en rojo” que anuncia para mañana El Diario Financiero de Chile es un replay de la forma en que actuó el capital financiero tras las derrota kirchnerista en las PASO de la Argentina, allá por septiembre. Las acciones de empresas son simples movimientos de marketing, hasta cierto punto, al igual que la caída del precio del dólar que anuncian los mismos periódicos chilenos. Los datos reales a seguir son la caída del precio del cobre y las materias primas de exportación en general que se valieron de un “viernes negro” en Wall Street. La bolsa no festeja, simplemente, toma la iniciativa que la izquierda está dejando vacante.

Con estos resultados, Chile se transforma definitivamente en un epicentro de los tiroteos de los bombardeos comerciales y la escalada militar en el mundo. New York  no le ha perdonado a Piñera los acuerdos pactados con China y Rusia para la extracción de litio y la telefonía móvil, el discurso belicista de Kast contra el pueblo mapuche esconde de fondo la guerra abierta entre las distintas camarillas capitalistas por el monopolio de los manantiales de agua, la cual en las urbes cotiza a mayor precio que el dólar. Si seguimos los números de las alzas que tanto se festejan, el dato central ha sido la subida excepcional – la más alta de la jornada – del denominado Shares MSCI Russia ETF, un cartel de inversionistas rusos de la bolsa de Santiago, es decir, que no se festejó tanto en la bolsa la victoria de Kast como la posibilidad, sí, de una victoria abultada de Boric en noviembre. Son contradicciones de alto vuelo que plantean desafíos históricos, otra vez. Si es por seguir su historia, la burguesía chilena acabó por asentar su sometimiento al capital inglés tras una década de la denominada “alemanización” encabezada por el presidente Balmaceda, finalmente derrotado en 1892 por el Congreso Nacional en Guerra Civil. No sería extraño que la actual crisis resquebraje al régimen chileno en infinitas fracciones, incluso, militares.

Políticamente, el Frente Popular de Boric ha cumplido su cometido de intentar hacer caer al pueblo más movilizado del mundo en un paréntesis de desmoralización política. El PC a su rastra, de nuevo, aspira a continuar su línea  histórica de gran organizador de derrotas. Su línea política ha sido vapuleada, se ha ganado el rechazo abierto de todos los movimientos de lucha surgidos al calor de octubre. Para la clase obrera, de lo que se trata es de transformarse ella misma en capitana, otra vez, de la lucha contra el pinochetismo. Es temprano para declarar el voto a Boric pero suficientemente la hora puntual de abrir la deliberación popular. Vale lo mismo para el voto nulo, el cual solo puede ser la conclusión del surgimiento de una vanguardia obrera que alce estas banderas, lo cual no parece ser el caso. La campaña de cara al 15 de diciembre es un momento más que oportuno para la convocatoria masiva de cabildos abiertos en todo el país. Portuarios combativos, jóvenes clasistas de Starbucks, obreros del cobre, profesores, enfermeros deben ellos mismos tomar postura y orientar a la masa mareada entre los vericuetos del Frente Amplio y los constituyentes que han definitivamente abandonado toda reivindicación popular y recuerdo de la revolución. Es ajeno a la clase obrera cerrarse por principios a tomar postura en eventos trascendentes.

Maxi Laplagne