El repudio de Sergio de Massa a la declaración de Cancillería contra el bombardeo de Israel al campo de refugiados de Yabalia ha terminado (ya no solo) de definir la política exterior del candidato ministro sino de darle agresividad a la misma. Massa se coloca del lado de Netanyahu en el momento en que el capital internacional pone su política de guerra en cuestión.
El mismo día que Massa saludó el genocidio en Gaza desde la DAIA, el Financial Times – la biblia internacional de las finanzas – acusó al primer ministro israelí de «hacerle el juego a la guerrilla de Hamas» (FT, 1/11). Los capitalistas mundiales temen que el arrase sionista acabe por convertirse en una guerra generalizada en Medio Oriente – cuando no – en una rebelión a escala de los países árabes contra los regímenes autoritarios en una zona geográfica que considera «estratégica» (también FT) «porque concentra el 45% de la producción petrolera». La OTAN teme, por su parte, que la la multiplicación de frentes acabe por relajar sus posiciones en Ucrania.
La política de Massa lo ha colocado a la derecha del capital financiero internacional, al menos, «oficial». Este giro tiene su expresión también económica. Una reconocida financiera inglesa que opera en la Argentina demostró en El Cronista (1/11) – diario comprado por De Narváez, a quien señalan como el financista principal de la campaña de Massa – que los más importantes fondos de inversión «soltaron la idea de la dolarización y optan por la recompra de bonos de mercado».
A la cabeza de este plan de gobierno, que implica el denominado «desdoblamiento», o sea, una mega devaluación que revalorice los bonos, estaría quien iba a ser ministro de Bullrich y finalmente lo sería de Massa: Melconian, que contaría con el visto bueno de Cavallo y su Fundación Mediterránea.
Un aspecto que ha pasado desapercibido es el vínculo de este frente que se propone para gobernar con el narcotráfico, dos días después de que el presidente Fernández se paseó con Lacalle Pou por las oficinas de la FIFA otrora macrista. En el año 2021, Argentina se transformó en el país de América Latina con mayor densidad per capita de consumo de cocaína, en un trayecto histórico que también tuvo como protagonista a los ahora mediterraneos, como Duhalde. La izquierda que «no vota por Milei» en el balotaje está dando «libertad de acción» para apoyar el negocio negro de la Policía Bonaerense.
Massa le ha robado el programa a Milei en todos los campos, incluso el educativo. El apoyo silencioso de Yacobbiti y compañía implica el saludo de quienes más han avanzado en la historia de la privatización universitaria, antes de posgrado y ahora también de grado con la incorporación de las Fintech a los planes de estudio.
Este giro completo del régimen decadente en apoyo a Massa explica que sobreviva el gobierno de 170 puntos de inflación. Pero los diarios de esta semana alertan con razón que, aún así, «la elección no está cerrada» y Massa podría perder el ballotage. Los asesores políticos de Milei pretenden explotar el corrimiento del régimen a su favor. Una victoria de Milei por repudio popular al gobierno aceleraría más que nunca las condiciones prerrevolucionarias de la Argentina