El día 18 de noviembre, el presente periódico afirmó: «el giro total del stablishment capitalista hacia la candidatura de Massa ha creado las condiciones para un desborde antisistemático que podría ser capitalizado por Javier Milei en el ballotage». Con la recepción de la Sociedad Rural, la Unión Industrial y la Sociedad de Bancos al Frente por la Patria, el espacio de Alberto, Cristina Fernández, Massa y Kicilof abandonó la disputa por el voto popular. Fue lo que se vió en el debate televisado: una charla de amigos entre ex colegas. El gobierno demostró en los últimos quince días que resultaba poco creíble la defensa de la democracia en el marco de la miseria creciente que incluyó eventos como el de Guernica donde se comenzó a cavar la tumba final del kirchnerismo. El gobierno invocó a los desaparecidos en dictadura en nombre de un país donde una gran parte de la población se alimenta en tachos de basura. Una tomada de pelo para los socialistas de los 60 y 70.
Ya en el 2020 el gobierno se dejó gobernar por las imposiciones de quienes agitaban contra la cuarentena, sobre todo de Larreta que les copó la mesa chica de gobierno. Para muestra basta un botón. El Ministro Trotta de Kicilof y la Ministra Acuña de Larreta prometieron «ir a buscar puerta por puerta a los docentes y estudiantes que no retornen a la presencialidad». Esto, luego de que el propio ministerio quedase en primera plana por la desaparición de los fondos destinados a la compra de computadoras para la enseñanza virtual. La producción no cesó un segundo en pandemia, sobre todo de exportación. Hubo fábricas que contaron muertos de a decenas. Ciento treinta mil argentinos murieron expuestos al COVID. En Provincia de Buenos Aires la presencialidad escolar fue frenada por una huelga docente sin precedentes contra el gobernador Kicilof.
En Economía fue la política de Guzmán la que aceleró el paso de los Fondos Comunes de Inversión que acabaron por financiar la campaña de Macri/Milei. El monto de LELITES, o sea, la deuda estatal con estos fondos, tiende a igualar a la de los LELIQS, la inminente bomba de deuda con los bancos. En su última semana de campaña, el ministro Massa se encargó de dolarizar las carteras de exportadores mediante bonos LEVIDS garantizándoles una aceleración inflacionaria semanal (Crawling peg). La deuda del gran capital se encuentra toda ella indexada por inflación también semanal, lo que ha disuelto para siempre los términos clásicos de las paritarias. El frente único de gobierno entre bancos, financistas y burócratas sindicales peronistas le dió uno de los mayores golpes históricos al salario de las masas, luego de años de cosecha record (2021) o el mayor ascenso histórico de las Fintech argentinas en Nueva York (2022). No hizo falta Milei para liquidar el aguinaldo que voló en Julio con dos devaluaciones consecutivas. Los millones de trabajadores en negro del sistema asisten a este retroceso en condiciones de total indefensión política, lo que terminó por girar el tablero hacia Milei.
En las provincias el gobierno nacional jugó al rescate de gobernadores en crisis y hasta rebeliones populares históricas, como en el caso de Formosa contra Gildo Insfrán, en Chaco contra Kapitanich pero, también y sobre todo, en Jujuy contra Morales que acabó agradeciéndoles el gesto haciendo campaña por Massa luego de reformar la constitución provincial que ahora prohíbe las huelgas, los cortes de calle y las movilizaciones indígenas. Estos últimos acampan en el Congreso de la Nación sin ser recibidos desde hace meses. Mientras por la boca el gobierno destilaba feminismo, en Santiago del Estero crecieron las persecusiones por consultas sobre abortos. El gobierno hizo campaña por el litio y Vaca Muerta siempre en perspectiva colonial y dolarizante que le permita pagar deuda al FMI. A las provincias les estafaron sus recursos naturales y su ecosistema. El pueblo del interior le dio la espalda al peronismo de forma definitiva.
El gobierno afirmó dos veces en un año estar a punto de irse en helicóptero, por lo cual recurrió a un autogolpe, desalojando al presidente de la Rosada en nombre de quien era el presidente de la cámara de diputados. El ascenso de Massa al poder era la expresión de la unidad de peronistas y radicales que debería haber acabado con la coronación del denominado gobierno de unidad nacional. Hasta Grabois se había encargado de denunciar aciduamente que Massa era el candidato del Fondo Monetario. La pantomina de esta candidatura duró sin embargo hasta las PASO porque el candidato de la oligarquía era ahora el candidato de los derechos humanos. Hasta la lógica formal del pueblo pisotearon los camporistas.
Como es sabido, en su último discurso Massa decidió iniciar una transición pacífica hacia lo que hasta un día atrás era «el fascismo». Esta maniobra se explica al ver los nombres que prepara Milei para las diferentes carteras de gobierno, varios de los cuales tienen pasado y presente massista-kirchnerista, como Francos, Randazzo y Nielsen. Hay común acuerdo «en pagar todas las obligaciones», frase con la que abrieron sus discursos presidenciales CFK en 2007, Macri buitre en 2015 y Fernández en 2019. Fue la única frase con consistencia real en el discurso. No hay mayores novedades. La «transición pacífica» anticipa un acuerdo nacional con Milei que en nombre propio no gobierna ninguna provincia y requiere del kirchnerismo para el Quorum en senados y diputados. El éxodo de burócratas peronistas a Milei ya había comenzado luego de las PASO con Barrionuevo.
En definitiva, el voto que se ha impuesto ayer es de rechazo al gobierno oficial, a la perspectiva de los 270 puntos de inflación y a la miseria creciente. Argentina sigue sin asistir a una derechización política, al contrario, la derrota del peronismo acentúa el declive de los aparatos sindicales y piqueteros, los cuales se ha constituido desde los últimos meses del gobierno de Macri en el sostén de la gobernabilidad. Para la clase obrera las tareas son inmensas, más que nunca. La agitación de un programa por parte del partido de Milei coloca en la agenda la necesidad de una respuesta adecuada, sistematizada y elaborada de gobierno por parte de las masas, en el marco de un acrecentamiento de la miseria nacional y de la violencia bélica internacional.
1917 | Redacción