Extraído de Política Obrera | Claudio del Valle
Hace una semana que los trabajadores de la empresa Swiss Just Argentina están ocupando la planta de Lomas del Mirador y acampando en la sede de General Rodríguez, por la reincorporación inmediata a sus puestos de trabajo.
Esta patronal de origen suizo y con 30 años de presencia en el país, apeló al Zoom para dar una lista de trabajadores para notificar el despido y obligar a los afectados a renunciar a sus derechos y aceptar un muy prolongado “acuerdo personal”, es decir, un porcentaje de la indemnización correspondiente y en cómodas cuotas (para la patronal, obvio). Este apriete fue llevado a cabo por los responsables, los abogados de la empresa y en presencia de los popes del Sindicato de Perfumistas, quienes pusieron más presión para que agarren lo propuesto argumentando que “es legal”, “la empresa puede hacer lo que quiere” o con un simple “esto es así”.
El Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, que la patronal no acata y el Estado (cuando no) tampoco presiona para que se haga efectiva.
La pretensión de esta patronal es, ni más ni menos, que la tercerización de la producción en talleres donde sus trabajadores desempeñan sus labores en condiciones paupérrimas, sin seguridad ni convenio alguno que los ampare. La misma receta aplicada por sus pares negreros de TSU.
El comportamiento de los burócratas perfumistas no debe sorprender, porque de la misma manera operaron para apoyar los despidos en TSU Cosméticos, o la precarización laboral existente en Avón, por nombrar solo algunos casos.
Ante este cuadro es que los trabajadores resolvieron como primer paso la ocupación hasta la reincorporación de cada trabajador cesanteado. Luego, por asamblea, adherir a la convocatoria del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia del 24 de marzo, participando de la movilización.
La lucha va ganando la simpatía de los vecinos y trabajadores. Esta solidaridad ser extendió también a los trabajadores de Swiss Just en Suiza en una misiva.
En un país, en medio de una pandemia mundial, con una tasa de desocupación creciente en el orden del 11,7% (según INDEC), una inflación interanual superior al 40%, las patronales aprovechan para aplicar un feroz ajuste con despidos, suspensiones o, directamente, una baja pronunciada en las condiciones laborales.
El camino encarado por los trabajadores de Just, el mismo que tomaron los trabajadores de la Clínica Privada San Andrés de Caseros, es el adecuado; pero no basta. Es imperiosa la necesidad de formar coordinadoras de Juntas Internas, delegados combativos, y activistas, para organizarse y enfrentar la imposición patronal de hecho de la flexibilización laboral.