Una jornada memorable

Como se dice, es ley. Una victoria de características históricas, más que por su contenido, por su significado político. En un mundo donde se ven príncipes triturando a periodistas, Donalds Trumps y Bolsonaros, el pueblo argentino ha impuesto la agenda de los derechos democráticos.

Aunque más que democrático, el aborto es un derecho humano, mediante el cual se respeta el derecho individual al desarrollo propio de la subjetividad. En manos de las masas, en la época de ascenso de la clase obrera, el derecho a la subjetividad es el derecho a indenpendizarse cada vez más del régimen de explotación.

En la crisis política, la aprobación de la ley intensifica sus ritmos porque abre el camino a la conquista de todos los derechos que faltan alcanzar. Lo primero, claro, es la garantía de que los hospitales van a poder llevar a cabo los abortos, lo que se contrapone con su actual estado que tiene, hoy, a la pandemia otra vez más en el centro de la escena que nunca.

El proyecto podrá admitir la objeción de conciencia pero, así, sólo tira para adelante un problema. El movimiento de lucha a favor del aborto legal se ha extendido a todos los rincones del país y se encontrará con una férrea resistencia de la conciencia colectiva frente a la conciencia eclesiástica de las instituciones. Pagarán con denuncias y piquetes en contra aquellas instituciones que se nieguen a practicar abortos. Así desarrollada, la lucha plantea el principio del fin de la medicina privada.

Otra vez los senadores han quedado expuestos, esta vez, con los giros y contragiraos de acuerdo a los arreglos políticos que iban tejiendo. Está claro que si algo terminó de dar vuelta la votación fue la movilización de masas, la predisposición a la vigilia y la perseverancia de un movimiento que quedó preparado para nuevas batallas. Una victoria, como se sabe, siempre es el primer paso de nuevas conquistas.

No se puede dejar de decir que la movilización política del día de hoy, un hecho que quedará guardado en las retinas de cualquiera, coincide con las huelgas del Puerto Paraná, los residentes y concurrentes movilizados, los enfermeros haciendo piquetes y los médicos haciendo paro. Es una combinación de factores explosiva porque muestra al resto del pueblo cuál es el camino para ganar.

Deformada (o no) la noticia hoy será primera plana de los diarios del mundo y el gobierno querrá anotarse todos los porotos. Que lo hagan, que festejen, en fin, sólo el tiempo pone las cosas en su lugar y luchas aún más profundas que ponen al régimen político en el centro de la crítica se están acercando.

Mientras, nosotros también festejamos, que motivos para hacerlo no siempre tenemos. El movimiento se ha vuelto a su casa con una sonrisa, la cual será un faro para pensar de forma más clara y precisa la realidad trastornada en la que nos toca vivir. Y otra vez, como siempre, el pensamiento se volverá acción.

El proyecto, valga decirlo, se ha llamado Dora Coledesky, una trotskista famosa por juntar firmas, treinta años atrás, cada día, en la esquina del Congreso de la Nación.

1917 | 30/12/2020 | 06:20

5 comentarios sobre “Una jornada memorable

    1. Que han ganado?., una muy querida conquista del capital para eliminar bocas que alimentar y proveer vivienda. La generacion de cobardes festeja su sometimiento y torna al maltusianismo al saber que es impotente en derrotar al capitalismo.
      A las feminazis infanticidas, degenerados y afines, solo queda decirles «l’Etat est vos».

      Voy con mi poncho celeste
      siempre tentando la suerte
      si vendo caro el pellejo
      tal vez se asuste la muerte

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