diario obrero

Votamos en blanco contra los candidatos del capital financiero

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Tanto Massa como Milei representan formas alternativas de la transición financiera que se espera en la Argentina. Entre la clase obrera prima el desconcierto y no el apoyo explícito a ninguno de los dos. 

MASSA

Los que sí tienen posición definida son los bancos «oficiales». Sus voceros se han posicionado a favor de la continuidad “al menos por dos años” del sistema de deuda. El capital financiero ha sido beneficiado por el gobierno de los Fernández y Massa de forma exponencial. El pasaje de bienes productivos al mercado de especulación es más grande que en el Chile de Piñera. 

Hoy los bancos dicen: “LAS LELIQS NO SE TOCAN”. Los grupos bancarios y la bolsa de comercio pretenden una reorganización del mercado mediante la activación de bonos de deuda que “se podrían utilizar por el 100% de su precio nominal para comprar bienes de producción cuando su precio es del 25″. Es un discurso de fantasía insustentable con un régimen en default. Es un pecado otra vez caminar al lado de Massa. Recrea la falsa sensación de reconstrucción del capital y pone la defensa de la civilización en mano de los bárbaros. No apoyamos al gobierno del desabastecimiento petrolero en el país de Vaca Muerta porque pactó los precios en dólares para fugar la materia prima. 

Para no tocar bonos indexados habrá que tocar salarios. La inflación disolvió las paritarias. La hiperinflación disuelve la vida cotidiana. Massa se ganó su lugar frente a la burocracia encabezando la ofensiva contra la huelga del neumático impulsando él mismo la importación de cubiertas desde Brasil. Bancos, FMI, CGT y peronismo. Es un frente de guerra contra la clase obrera. Busca paralizar a los piqueteros detrás de los punteros y a los sindicatos detrás de la burocracia. La UCR aportaría al gobierno de Massa el apoyo de más tenedores locales de deuda; nada más. El radicalismo viene de votar a Bullrich. Massa le ha robado el programa a Milei de retroceder a la Argentina del Siglo XIX intentando reconfigurar la dinámica del Partido Autonomista (PAN) que unificó a la oligarquía criolla. Representan a la clase social CONTRA la que emergieron Perón e Yrigoyen. Si es cierto que China apoya esta maniobra es simplemente la marca de agua de la sumisión de Xi Xiping al imperialismo; desea su reordenamiento en vez de su salida de la Argentina.

MACRI / MILEI

La maniobra política de Macri en apoyo explícito a Milei manifiesta consciencia de la imposibilidad del programa que proponen los bancos que él mismo rescató y que en su momento lo apoyaron. Propone una reestructuración de la estructura de deuda. Representa la oficialización del mercado buitre. Expresa, si se quiere, “un grado más” en la jugada de Massa porque pretende constituir a sus fondos de inversión como prestamistas de última instancia ellos mismos. Esto explica la hipotética eliminación del Banco Central que “Milei no negociaría” y «Macri acompañaría». 

Políticamente Macri hace para la derecha lo que la izquierda argentina omite: prepararse para intervenir frente a una rebelión popular. Prepara un frente golpista para una crisis de poder. Macri acompaña al fin y al cabo la vicepresidencia de Villaruel que algunos periodistas ya entienden como «la cara certera del gobierno» que «podría estar a la par de Milei en lo que queda de campaña». 

CONCLUSIÓN / NAFTA

El ballotage busca la firma de avales para un cascotazo en la cabeza del pueblo argentino. Busca transformar el 30% que sacaron las minorías en mayorías para desarrollar un programa ofensivo contra las masas.

Ambas candidaturas personifican el estado actual de retroceso civilizatorio; por un lado, el desquicio psíquico de Milei y, por el otro, el charlatanerismo y la falta de principios del ministro de Economía y del presidente de su gobierno. 

Votamos en blanco pero elevamos como nunca la lucha por la huelga general en defensa del salario formal e informal igual a la canasta básica, por el pase a planta bajo convenio de los segundos, por paritarias indexadas a inflación. 

Si no se modifica, el desabastecimiento petrolero será la cara de la campaña electoral. La crisis de la nafta no tardaría en golpear al último eslabón que la sostiene. El campo retrocederá con los piquetes que propone a riesgo de agitar una rebelión popular. Esa tarea nos queda a nosotros, los trabajadores.