diario obrero

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Escribe Cata Flexer

29/03, el día con más contagios en la Capital desde iniciada la pandemia, muy por encima de la mayor marca hasta el momento, el pleno “pico” de la primera ola, el 26/08/2020 con 1554 contagios. Recibimos estos datos mientras un amplio sector de la docencia realiza 24 horas de paro por la muerte del profesor Jorge Langone por COVID.

Ante la innegable segunda ola, sumada a la confirmación de la circulación comunitaria de nuevas y más contagiosas variantes del famoso virus, los gobiernos nacional y de la capital han salido a respaldar la presencialidad. La escuela dicen, no contagia. Acá un pequeño análisis de los datos de las últimas semanas

Sólo en la última semana los casos a nivel nacional se han disparado. 14014 de ayer vs. 6401 de siete días atrás. El 8 de marzo, cuando iniciaron las clases la mayor parte de las jurisdicciones se registraron 5058 casos. En estas pocas semanas el único cambio (apertura) significativa fue el retorno a las aulas.
Como cada territorio sigue, relativamente, su propio ritmo (la Ciudad lleva unas semanas de ventaja al resto del AMBA y a su vez el interior está incluso meses retrasado respecto a la región metropolitana), veamos los datos de CABA. La primera semana de clases (inicio de inicial, primer ciclo de primaria y ciclo básico de secundaria), el promedio semanal fue de 607 contagios. Dos semanas más tarde (inicio del resto de secundaria y primaria), 644. A quince días de tener a todas las salas, grados y años en modalidad presencial, ya los casos eran 862 en promedio (semana del 15/03 al 21/03). Hubo otros cambios (aperturas) en esas semanas, no. Ceteris paribus, todas las demás variables estables, la reapertura escolar es responsable del alza en los contagios.
“Los chicos no se contagian”. Falso. Los grupos etarios de 0 a 9 y 10 a 19 son los que más han crecido, duplicándose.
“Tan sólo se infectó el 0,17% de alumnos y docentes (…) se registraron sólo 1215 contagios” (Infobae, 17/03). Falso. Las estadísticas del gobierno de la ciudad no consideran entre los contagiados a todos los estudiantes que se encuentran aislados porque sus padres o familiares han dado positivo, pero a los chicos no les hacen el test porque no tiene síntomas. Esos chicos fueron al colegio hasta que sus familiares fueron testeados, desconocemos si los chicos están infectados y siendo que la mayoría de los niños y adolescentes son asintomáticos no sólo es muy probable que estén contagiados, sino que es posible que se hayan contagiado en la escuela o en el transporte público y hayan contagiado a otros. Quienes trabajamos en las escuelas, sabemos de primera mano que no hay un sólo curso donde no tengamos algún estudiante que se está ausentando por covid positivo, con o sin test realizado.
La concurrencia a clases moviliza todos los días a casi la mitad de la población del país, unos 20 millones de personas. El efecto del movimiento de docentes, estudiantes y acompañantes es incomparable con casi cualquier otro movimiento de personas, definitivamente mucho mayor al del movimiento turístico nacional e incomparable con la reducción de los movimientos producto del cierre de fronteras.
La vacunación hoy no es más que una promesa a futuro. Por un lado, aún estando la totalidad de los docentes vacunados, el efecto es mínimo, dado que el contagio se sigue multiplicando entre los estudiantes, que llevan el virus a sus casas. Por el otro, se acaba de anunciar que no se aplicará la segunda dosis a quienes ya recibieron la primera de Sinopharm, siendo que esta vacuna no tiene ningún estudio que sostenga esta posibilidad. En CABA no tiene siquiera la primera dosis ni la totalidad del grupo prioridad uno de docentes (inicial, especial, primer ciclo de primaria) y apenas se está abriendo el registro para vacunar a mayores de 70, sin haber terminado ni con los mayores de 80 ni con el personal sanitario. Lo mismo vale para el resto del país.

La presencialidad cuidada no existe, mata. Ante la segunda ola, el único cuidado posible hasta que no haya vacunación masiva es el cierre de todas las actividades no esenciales, incluída, en primer lugar, por su impacto y masividad, la educación.