Eliminación de planes | Acuña hace campaña con el plato de los niños

El gobierno de la ciudad de Buenos Aires anunció el 1 de agosto una modificación en el régimen de asistencia en las escuelas porteñas. La resolución no llamaría la atención si no hubiera estado acompañada de un raid mediático de la ministra Acuña y Larreta informando que a las familias de los estudiantes que no cumplieran con la regularidad, se les quitarían los planes sociales dependientes del gobierno porteño.

El dato que debiera llamar la atención es, efectivamente, el altísimo ausentismo. Según el gobierno, el 30% de los chicos falta un promedio de un día a la semana y el 17% siete días al mes. ¿Qué hará al respecto? A una pequeña porción de esos estudiantes, – eso sí, los más vulnerables – literalmente, sacarles la comida de la boca. Decimos literalmente porque Ciudadanía Porteña es un plan que otorga una tarjeta prepaga para comprar alimentos. De un universo de 600.000 estudiantes que tiene el sistema educativo de la ciudad, apenas unos 23683 pertenecen a familias que perciben este beneficio (¿y los otros 574317?). Se trata, por lo tanto, una ínfima parte del total de los estudiantes y el recorte de estos planes, además de representar un agravamiento de su situación, de ninguna manera podría considerarse una política tendiente a mejorar la asistencia a la escuela. 

Esta nueva resolución sobre la regularidad no pasa de publicidad electoral. Acuña quiere presentarse como la dama de hierro de la política porteña para suceder a Larreta en 2023. El ausentismo estudiantil, de hecho, es avalado abiertamente por este mismo gobierno. Sin ir más lejos, en junio el Ministerio de Educación envió a los colegios secundarios las orientaciones para aplicar un “Nuevo Régimen Académico” entre cuyos ejes está el “reconocimiento” de que los chicos no asisten regularmente a clases. Como dicen los supervisores: “no se trata de que los chicos vengan a la escuela, sino de que los días que vienen los eduquemos”. Es producto de la propia política educativa que aumenta el ausentismo. De hecho hace años (y no producto de la pandemia) el cómputo de la asistencia no tiene ninguna consecuencia, ya no existen, como en el pasado, los “alumnos libres”. Pero tampoco existe ningún mecanismo de recuperación de los contenidos para los estudiantes con alto ausentismo, ni para mejorar su asistencia. 

El mismo gobierno que quiere castigar a las familias pobres, es incapaz de dar vacante a sus hijos: este año 50.000 chicos se quedaron sin vacante en la inscripción a las escuelas. ¿A Acuña, le van a descontar el sueldo por no llevar a todos esos chicos a la escuela?