Nació el 21 de abril de 1831 en Salto, Pcia de Bs As. Fue el sexto hijo del español Francisco Sierra y de Raimunda Ulloa, bautizado en esa ciudad como francisco sierra. En la Estancia San Francisco de su padre cursó lo estudios primarios para luego trasladarse a la Ciudad de Buenos Aires donde termino el secundario y, se dice, aunque no hay papeles que lo acrediten, ingresó en la Facultad de Medicina de la UBA.
En esa época Pancho, como lo apodaban, se enamoró de una prima hermana: Nemecia Sierra, pero sus respectivos padres interrumpieron el romance. Por tal motivo abandonó los estudios y se aisló en Rancagua (partido de Pergamino) en una estancia de su familia. En esa desaparición ocurrió un cambio que sorprendería a todos sus conocidos: retornó muy reflexivo e interesado por los males de los semejantes. Estuvo un tiempo en la ciudad de Rojas donde cuentan que curó a muchísimas personas. Luego se instaló definitivamente en El Porvenir.
Por la fama ganada y sus dotes sobrenaturales traspasó los límites del país. El lugar se multiplicaba de peregrinos de todas las clases sociales. Según la leyenda, curaba con un vaso de agua, sacado de un aljibe que al día de hoy existe y sigue llegando gente a beberla y llevársela. En 1890 se casó con su sobrina segunda de 16 años: Leonor Fernández, en Rojas. Al año siguiente, en 1891, fallece un 4 de diciembre a los 60 años. No pudo conocer a su única hija, Laura Pía Sierra, nacida siete meses más tarde. Su sepultura fue destacada ´por la gran cantidad de personas que acompañaron el féretro hasta el cementerio de Salto`, lugar donde cada 4 de diciembre lo visitan sus creyentes, siendo en el siglo XXI uno de los referentes mitológicos de la cultura rural de las provincias pampeanas.