Cómo deben ser nuestros periódicos | Vladimir Lenin

Se dedica espacio excesivo a la agitación política de viejos temas, a la charla política. Es increíblemente reducido, en cambio, el que ocupa la construcción de la nueva vida, los hechos y realidades que se refieren a ellos.

¿Por qué no decir en 20 o 10 renglones lo que ocupa 200 o 400? Sobre la vieja política de traiciones es necesario hablar, sí, pero sólo destacando en estilo telegráfico las nuevas manifestaciones de ello.

Menos política. Ésta es por completo «clara» y se reduce a la lucha que libran dos campos: el del proletariado y el de los capitalistas. Brevedad. No hay mucho más.

Más economía. Pero no en forma de argumentos generales, ensayos científicos, estructuras intelectuales y absurdos por el estilo. Necesitamos reunir hechos sobre la construcción real de la vida, verificarlos en detalle y estudiarlos ¿cómo entiende el obrero de tal fábrica que lo que hace influye en la economía y de qué forma? Fin.

Utilizamos poco en la educación de las masas los ejemplos y modelos vivos, concretos en todos los aspectos de la vida. Esa es la tarea fundamental de la prensa en la etapa de transición del capitalismo al socialismo. Lo cotidiano en el hogar, en el campo al atardecer y al subir el sol.

Menos charlatanería política. Menos razonamiento de intelectual. Vida. Aproximarse a ella. Buscar lo nuevo y comprobar hasta qué punto lo nuevo es comunista.

*Pravda 202, 20 de setiembre de 1918.