Escribe Maxi Laplagne
En una asamblea convocada por los propios trabajadores de la escuela secundaria Nº 14, ubicada en la Avenida Mitre y esquina 7, toda ella se posicionó a favor de la suspensión inmediata de clases presenciales.
En la asamblea se expresaron voces de todo tipo: desde profes que se encuentran aislados por contactos estrechos con alumnos, otros que sufren la internación en terapia intensiva de sus familiares, que viajan hacinados en el transporte público saturado luego del inicio de las clases e incluso fueron muy reiterados las deficiencias pedagógicas que presenta la modalidad de enseñanza a la que se la consideró varias veces como «pseudo presencial» porque, recitó una compañera en la asamblea, «la realidad es que los padres están dejando de mandar a sus hijos por miedo». El mismo miedo, le respondió un profesor, que tenemos los trabajadores de contagiarnos en un distrito donde el mismísimo intendente refiere a la escasez de camas de terapia intensiva.
Sólo dos mociones cosecharon votos en el encuentro. Ambas incluían exigir la suspensión de las clases pero, la primera, presentada por los directivos del colegio, rechazaba hacer paro en caso de que el Ministerio de Educación rechace el pedido. Al contrario, la moción presentada por docentes convocaba a cuarenta y ocho horas de paro si el gobierno decidía continuar con la presencialidad.
La resolución del Achaval es un gran paso adelante en la lucha del pueblo argentino por defender la vida humana.