El acto de Gabriel Solano contra el FMI

Escribe Maxi Laplagne |

Cuando en el primer cuatrimestre del año 2018 el gobierno de Mauricio Macri apeló a un préstamo del FMI, las bases del Partido Obrero intentaron de las mil y una manera posibles instalar en nuestro periódico y panfletos la consigna «Fuera Macri y el FMI, asamblea constituyente». De esa forma explicábamos que de la mano del gobierno el acuerdo con el FMI iban a una entrega absoluta de la soberanía nacional.

En aquella instancia la fracción encabezada por Gabriel Solano y Eduardo Salas hicieron también lo imposible pero por vetarlo. Durante exactamente tres meses y veintiún días se negaron a que la consigna aparezca en el periódico hasta que las masivas movilizaciones exigiendo justicia por Sandra y Rubén se lo impusieron por su propia cuenta. Para estamparlo en la tapa Solano exigió como condición que la consigna sea «Fuera Macri [pero también] todo el régimen político», es decir, poner en el mismo lugar a «todos los gobiernos de la última década».

Hoy, el día en que varios medios anuncian que el gobierno de los Fernández accederían posiblemente en el mes de abril a un préstamo de Fondo Monetario, Gabriel Solano convocó una movilización y acto junto al PTS de Nicolás del Caño en el que el centro de las denuncias son los acuerdos, no de todo el régimen político, sino del gobierno nacional con el FMI. Más concreto aún: contra el presupuesto 2021 de Cristina Fernández de Kirchner.

La ecuación es simple: repetir y repetir el rechazo a los acuerdos con el FMI como si en todas las condiciones políticas los préstamos financieros significasen lo mismo. Al ritmo de la revolución chilena y la inminente derrota de Trump en las urnas la estrategia política del FMI en todo el mundo vira de los ataques bélicos como los de Trump a Venezuela a la contención política mediante la cooptación de gobiernos y movimientos políticos enteros. Para dejar en claro que esto no significa, de ninguna manera, el camino al socialismo el siempre liberal Andrés Openheimer tuvo que aclarar lo siguiente en La Nación: «en cuanto a la afirmación de Trump en el último debate presencial acerca de que «si gana él [Biden], la bolsa de valores va a colapsar, varias de las principales firmas financieras de Wall Street están diciendo lo contrario». La derrota de Trump, que es también la derrota de Macri en diciembre y la de Piñera el domingo, obliga al mercado a virar a la contención política de las masas créditos financieros mediante.

Para ilustrar esta cuestión, vale reafirmar que la historia de la burguesía revolucionario yanqui, en parte, es la del endeudamiento con los imperios jamás vueltos a pagar. El crecimiento industrial estadounidense se gesta sobre préstamos nunca devueltos a Gran Bretaña. Es decir que a priori el problema de los préstamos no son que existan sino I) la orientación política que adquieran y II) el sometimiento político que implique. Los socialistas no rechazamos los préstamos, lo que decimos es que esa plata le corresponde a los trabajadores por lo que no hay que devolverle un peso a nadie.

La cooptación política de los «bidenistas» en el mundo, por su parte, también incluye paquetes de derechos sociales, por ejemplo, la legalización del aborto (si y sólo si) se demuestra que puede servir como factor de contención último de las masas (y además si se condiciona al proyecto político contrario al de la campaña nacional). Pero, digamos, ¿el aguinaldo no fue también un método de contención contra la clase obrera? Si, claro, y ya en 1945 la izquierda cipaya lo rechazó en nombre de la lucha contra el fascismo. Análogamente nadie rechazaría la legalización del aborto sólo porque lo impone el FMI que, en definitiva, también lo agitó en el año 2018. Bueno, sí, Solano.

Las contradicciones deben ser también explicadas en la concretitud del caso. El método de presión del FMI puede adquirir en la Argentina la bandera del aborto porque apuntaría a las contradicciones insostenibles de un gobierno vestido de democrático que pretende armar un gabinete digitado desde los peronistas del senado. En supuesto nombre de los intereses nacionales Solano se posiciona con los pañuelos celeste, una línea de continuidad con las resoluciones políticas del XXVII Congreso del Partido Obrero que no tienen entre sus caracteres la palabra mujer y, sí, un ataque descarado a la historia política de los argentinos donde se iguala el gobierno de Perón a la dictadura de Videla.

En último lugar, el acto se sucede el mismo día en que la editorial de La Nación convoca a las fuerzas políticas a un gran frente de unidad que emule al levantamiento de la revolución del parque de 1890 en el cual, supone, el presidente Roca habría unificado sus intereses con el resto de la oligarquía terrateniente y la burguesía nacional. La paradoja es que en este caso el levantamiento radical 2020 no va a tener a la cabeza a Alem exigiendo el sufragio universal sino a Macri, Milei y Cornejo exigiendo la desaparición del Banco Central. Lo que realmente sucedió en la revolución del parque, además de que el ejército de Alem se quedo sin balas, es que el acuerdo nacional implico la continuidad del roquismo en el poder vetando la participación popular en las elecciones. Pero Solano ha interpretado que el levantamiento al que llama La Nación es en realidad parte de un movimiento antimperialista y piensa que movilizando contra el FMI encabezará la revolución del parque. Alfredo Palacios lo mira boquiabierto. El Comité Nacional del Partido Obrero golpea al FMI apoyándose en los golpistas. Los socialistas, en cambio, derrotaremos políticamente a los golpistas para luego pasar a expropiar todo el capital imperialista en la Argentina.

El carácter antipopular del acto explica que en ningún momento haya superado los cien asistentes.

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