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El nuevo ministro de educación

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Escriben Cata Flexer Maxi Laplagne

Quienes se ilusionaron con Fernanda Vallejos deben estar decepcionados. En tan sólo una semana la vicepresidente logró, “denunciando” a su propio gobierno “por izquierda”, un nuevo gabinete en la dirección opuesta, dialéctica pura. Los cambios de ministros han apuntado, en su totalidad, a sostener, con el apoyo de los gobernadores del PJ (Manzur), el capital agrario (Dominguez), los aparatos represivos y su relación con el narcotráfico (Anibal Fernández), el acuerdo con el FMI (Guzmán sigue en economía) y la reforma laboral (Moroni). Otras dos piezas del tablero han dado menos que hablar, pero dicen tanto o más: el arribo de Filmus y Perczyk a Ciencia y Tecnología y Educación, respectivamente.

En el día del profesor, la docencia festejó el desplazamiento del anticuarentena y privatista Trotta. Sin embargo su sucesor no tardó en declarar en Clarín: “Vamos a recuperar la normalidad, ir hacia una normalidad educativa. Tenemos que ir recuperando cada vez más espacios de presencialidad, en todos los niveles. También en la universidad” (17/09). ¿Quién es Perczyk? La burocracia sindical ha salido en su defensa. El nuevo ministro es rector de la Universidad de Hurlingham.

La gestión “pública” de Perczyk, sin embargo, ha estado dedicada a la privatización de la educación estatal. Formó parte de todos los gabinetes kirchneristas de educación, desde Filmus a Sileoni, aplicadores seriales de la Ley de Educación Superior y maquilladores de la Ley Federal que destruyó la educación secundaria, hoy con el nombre de Ley Nacional. Es sin embargo en el ámbito de la educación superior en el que se ha destacado. Dirige, nombrado a dedo, una de las nuevas universidades del Conurbano, que lejos de democratizar el acceso a la educación, ofrece casi exclusivamente tecnicaturas devaluadas con programas adaptados a los requerimientos del Banco Mundial y el Pacto de Bologna. La devaluación de los planes de estudio aprobados por la CONEAU y la ANFHE ha hecho las veces de «igualar la educación universitaria para abajo», la «Mc Donalización» de la educación. Se recortan a más no poder contenidos de las carreras de grado que luego te venden en forma de maestría y el alumno está obligado a consumir si pretende que su título tenga algún valor útil. En Hurlinghan, el instituto de ingeniería y tecnología forma abiertamente declarado en su presentación «profesionales que se desempeñarán en ADOX, una empresa de equipos tecnológicos de medicina situada en la localidad de Ituzaingó». Cuando una indaga más ve que los propios CEOs de las empresas… ¡son los intendentes de Zona Oeste! Es el sistema educativo de los barones del conurbano. 

La llegada del nuevo ministro es un guiño político de Nación a la gestión de Larreta en Capital donde el próximo año se terminará de aplicar la denominada «Escuela del futuro». Esta misma semana el propio CEO de Mercado Libre, Marcos Galperín, se refirió a «los déficits de la escuela secundaria» convocando a reemplazarla por pasantías «para formar programadores directamente en sus empresas». Por su parte, Cian Carlo Aubry, CEO de Nestlé dijo a pregunta de Ámbito Financiero que las pasantías debían ser en las fábricas y revindicó, nada menos, que la educación brasileña, donde el 90% del sistema educativo ha sido privatizado. En fin, otra vez serán los nacionales y populares los que se harán cargo de la política «neoliberal». Antes que las reformas de Larreta gesten un movimiento de lucha – como se percibe en las escuelas que sucederá – el gobierno nacional ya ha tomado una postura definida. 

La UNAHUR, por su parte, se declara públicamente «feliz por el regreso a la presencialdad». No es de extrañar, entonces, que Perczyk, antes de llegar a la Secretaría de Políticas Universitarias que ocupaba hasta ser nombrado ministro, haya sido presidente del Consejo Interuniversitario Nacional, un contubernio donde las camarillas peronistas y radicales de las universidades se turnan la dirección de este organismo cuyo casi único objetivo ha sido aplicar la LES y forzar la reforma de las carreras de grado. En esta última línea debemos entender el llamado de Perczyk a la reapertura en especial de las universidades: necesita aulas abiertas no para que se reciban más médicos y enfermeros para atender la pandemia, sino para vender posgrados. Por su parte, las universidades se abrirán pero sus edificios continuarán cayéndose a pedazos, un caldo de cultivo absoluto para la peste. 

Todos los rectores del país han salido a saludar al nuevo ministro, ven su llegada como una victoria, incluso para Barbieri en la UBA. En este caso, se juega el partido de partidos porque la vuelta a la presencialidad universitaria llevará la deliberación política a lo que quizá sea uno de los ámbitos más politizados del país. En la Facultad de Medicina y en los CBCs – los cursos de ingreso – se ha creado una enorme crisis porque la virtualización ha implicado un avance abusivo en la arbitrariedad para aprobar exámenes en lo que muchos ven como el punto de partida para cierres de cursos, despidos y hasta el reemplazo de docentes por hardawares virtuales. La UBA firmó el acuerdo para entregar TODOS los derechos de sus publicaciones virtuales y clases nada más y nada menos que a Microsoft, la mega empresa de Bill Gates que ahora hace de segundo violín del Banco Santander que ya maneja todas las transacciones de la universidad pública. Percycz asume en este contexto, del lado de los monopolios, los convenios, los bancos, el avance de la privatización y contra las restricciones sanitarias.

Como se ve, los capitalistas pretenden salir de la crisis financiera con reformas de todo tipo: laborales y educativas, todas en servicio de la gran empresa y en detrimento del pueblo. Los kirchneristas se paran de ese lado, lo que ya les ha valido una paliza electoral. Hay que dar vuelta la tortilla con asambleas y deliberación popular.