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Entrevista a Gabriel, jefe de enfermería del Hospital Evita Pueblo de Berazategui

Entrevista a Gabriel, jefe de enfermería del Hospital Evita Pueblo de Berazategui

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Desde hace algunas semanas los editores de 1917 habíamos acordado un encuentro para entrevista a a Gabriel quien se había mostrado desde el primer momento dispuesto a informar a la población sobre la situación en su hospital. Su jornada laboral («trabajo todos los días de 07 a 22 horas», nos dijo) terminó haciendo imposible un encuentro cara a cara. Sin embargo, acordamos en que respondería por audios de Whatsapp todo lo que le consultemos. Aquí sus respuestas, interesantes por sus reflexiones y por la dosis de realidad que significa.

Hola Gabriel, ¿Querés presentarte ante los lectores?

Hola, dale. Soy Alberto Gabriel Gutierrez, enfermero universitario del Hospital Evita Pueblo desde hace veintisiete años de los cuales veinticinco trabajé en terapia intensiva y hace un año que estoy como supervisor.

 ¿Cómo ves la situación de la pandemia en general?  ¿Qué se comenta al respecto de las nuevas cepas en el Hospital?

Bueno, mirá, ya sabíamos de antemano que este 2021 iba a ser igual o que no iba a diferir mucho del 2020. Estamos al tanto de las nuevas cepas, se reúne periódicamente el comité de infectología y nos tiene al tanto, nos informa aunque la verdad es que no sabemos mucho más de lo que se publica en los medios o lo que ellos te puedan llegar a decir. Sabemos que es más contagiosa la cepa de Manaos, quizá no tanto como la cepa británica. Creo que está a la vista que la pandemia se está expandiendo pero, te vuelvo a repetir, ya sabíamos que este año no iba a ser mucho mejor que el año pasado. La verdad es que estamos con expectativa, estamos muy esperanzados con la vacuna. Veremos que pasa.

 ¿Y en el Evita Pueblo como está la cosa?

En cuanto a ocupación de camas, la situación por ahora es estable. Digamos, tenemos camas, hay lugar. Tenemos un piso especialmente equipado para los casos de COVID, un piso quedó solo para eso, pero es para los casos que no son graves. Terapia intensiva sí está lleno pero el cincuenta por ciento está ocupado de COVID positivo, el otro cincuenta por ciento está por enfermedades con patologías en general. Por ahora está estable en cuanto a casos, camas. Pero estamos en alerta porque en Berazategui realmente están creciendo los casos y bastante más rápido a comparación con el año pasado que fue un poco más estable. El año pasado aumentaba de a poco pero en la última semana se vio un aumento considerable. Bueno, como en todo el país. Sí, hubo un aumento abrupto de los casos. No así de las internaciones, sí de los casos positivos. Como sabrán no todo caso positivo requiere internación. Se internan los casos graves, sobre todo con complicaciones respiratorias. Pero si da positivo y el paciente no presenta otra patología se lo manda a hacer la cuarentena o aislarse en su casa y se hace un seguimiento del caso.

¿Cómo ves el estado de los trabajadores del hospital?

A ver, embolso a todos. Enfermeros, médicos, camilleros, limpieza. Yo los veo bien. A todo trabajador que tenía alguna patología de base o factor de riesgo se le dio una licencia. Quedamos acá los que no tenemos ninguna patología de riesgo. Yo creo que estamos mejor preparados. El año pasado había mucha incertidumbre porque todo era nuevo, teníamos mucho miedo realmente. Este año estamos mejor de ánimo porque se vacunó casi al cien por ciento del personal y eso fue una inyección de esperanza. El año pasado era otra cosa, yo te digo, tenía mucho mucho miedo, no sabíamos qué iba a pasar. No sabíamos realmente si era letal, si no era letal. Pero fuimos aprendiendo sobre la marcha. La mayoría de los compañeros se infectó el año pasado, a mí me tocó en septiembre. Gracias a dios la pasé bien. Pero sí, el año pasado realmente estuvimos muy saturados, se veía en la cara de los compañeros el cansancio. Pensá que teníamos suspendidas las licencias, las compensaciones, las vacaciones, se suspendió todo. Por suerte igual el Hospital en diciembre dio unos días de descanso por su cuenta y después nos dieron catorce días más de descanso que no se nos descontaron de las vacaciones como para que respiremos un poco. Ahora este año se volvieron a suspender las vacaciones (ríe irónicamente) y las licencias de nuevo. Siguen vigentes los reclamos de todos los años, los mismos, la mejora salarial siempre. Pero yo creo que el año pasado nos hicimos escuchar un poco más, toda la sociedad vio la importancia de los enfermeros en el sistema de salud, se vio el trabajo que hacemos que no es cualquier cosa realmente.

El año pasado fallecieron compañeros enfermeros en el hospital, compañeros jóvenes sin ningún factor de riesgo. Se nos fue un compañero de terapia intensiva. Eso fue una patada al hígado, nos sacudió mal. Nos hizo ver que todo esto no es joda. Eso hizo que nos hagamos escuchar y que el Ministerio se ocupe. Llegaron respiradores, insumos siempre tuvimos. Se sumaron veinticinco enfermeros al plantel. Bueno, tuvo que llegar una pandemia para que se reforzara el sistema de salud y se viera lo importante que es para la población.

¿Cómo pensás que la población los podría ayudar?

Ahí no me queda otra que repetir hasta el hartazgo lo que se dice todos los días en los noticieros: que la gente se cuide. El uso de barbijo es importantísimo. No hay que relajarse, no juntarse mucha gente, no compartir el mate. No queda otra que repetir lo que ya se dice. Pero esa la verdad es que la única forma de ayudarnos. Buena y otra que tenga paciencia con el personal de salud, viste cómo es, nosotros trabajamos en un hospital público, atendemos a mucha gente que pasa situaciones difíciles, que no tiene obra social, que están nerviosos por todo esta situación, mucha gente sin trabajo. Entonces la gente a veces se descarga con nosotros. Sepan que este año no va a ser diferente al año pasado, hay que pasar el 2021 también. Pero ahora existe la vacuna, eso es una realidad.