diario obrero

Hay que sacarse de encima a burócratas y punteros

Hay que sacarse de encima a burócratas y punteros

Category:

By

/

read

Sin duda la última semana ha terminado por reafirmar una creciente actividad popular en las calles. El cenit se alcanzó el día jueves 28. Por la mañana una movilización imponente de desocupados ingresó a la Ciudad de Buenos Aires desde diferentes puntos y acabó en la ocupación momentánea del Ministerio de Desarrollo Social. A la misma hora los trabajadores despedidos de Latam le hacían frente a la policía federal que les bloqueaba el acceso al aeropuerto para reclamar contra los despidos. En el Congreso de la Nación otra multitudinaria movilización de inquilinos y pequeños productores saltó el cerco de las rejas y obligó a la policía de la Ciudad a desparramar un operativo que sitió todo el microcentro donde, a su vez, los docentes interinos de la Ciudad se movilizaban contra la reforma laboral de Larreta que anuncia miles de despidos junto a los estudiantes y docentes de terciarios que, otra vez, el gobierno pretende cerrar. Si se suma a ello que la misma semana los trabajadores del neumático le impusieron una derrota descomunal a la burocracia sindical en todas sus plantas, que retornaron las autoconvocatorias de médicos y enfermeros en hospitales o las incesantes huelgas en fábricas alimenticias o vitivinícolas (Fernet Branca) y que el día viernes cientos de vecinos de la Ciudad marcharon contra la reforma del código urbano, entonces, es indudable que marchamos hacia un verano no sólo recalentado globalmente sino picante en las calles. La tendencia a un estallido social es el debate que recorre todos los medios de comunicación y el miedo de oficialistas y opositores.

Pero ¿puede realmente estallar la situación bajo la actual predisposición de los eventos? No. Por el momento, la masa movilizada no ha podido pasar por encima de las burocracias dirigentes o de los punteros que encabezan las movilizaciones piqueteras, a pesar de que el tembladeral es cada día más intenso. La toma del Ministerio de Desarrollo Social ha sido significativa en este sentido pues fueron las propias bases quienes tomaron la iniciativa y fueron los propios punteros del MTR los que organizaron la evacuación imponiendo la doctrina del silencio a los compañeros que se querían quedar hasta que aparezcan los puestos de trabajo. El jueves la policía estuvo superada por cantidad de movilizaciones dispersas en toda la Ciudad, en la legislatura simplemente debieron abandonar el operativo, el cual quedó a cargo de la burocracia sindical de UTE para que la masiva movilización docente ni se transforme en una gran asamblea ni se ocupe la sede de gobierno porteño contra los despidos. En este proceso, la izquierda, como lo hizo en 2018, vuelve a ser el sostén último del gobierno. Si se mira bien, intendentes de todo el Conurbano han pactado con Eduardo Belliboni que el reparto de los planes sociales ahora queden centralizados por el Polo Obrero donde, en vez de incitar la deliberación popular en las barriadas se impone la jerarquía de los punteros que toman lista para que nadie se niegue a asistir a los actos de los candidatos a diputado. Los de traje y corbata quieren adoctrinar a los pibes del barrio. Ni hablar, finalmente, de la CGT cuyo actual proceso electoral ha quedado reducido a la masa dirigente por temor a que poner en discusión su dirección acabe en otro atrilazo contra los Daer y Moyano.

La tendencia a poner en discusión la burocratización del movimiento obrero es internacional, en Cuba, por supuesto, una nueva camada de jóvenes comunistas se ve obligada a enfrentar al gobierno de Díaz Canel porque es el mismo PC desde el gobierno el que alienta la inserción imperialista, por ejemplo, se acaba de oficializar la utilización del Bitcoin, la moneda virtual cuyo objetivo es centralizar desde sus grandes tenedores en los Estados Unidos todo el sistema de transacciones financieras. Sumada a la dolarización de la Isla, Cuba es entregada por su burocracia al monopolio capitalista que le quitó la vida al Che. En Rusia – no es menor – una lista encabezada por un joven docente que reivindica públicamente la lectura de La Revolución Traicionada obtuvo el segundo lugar en las elecciones nacionales. Las huelgas en los Estados Unidos, todas, ponen en debate la tradicional dirección de los sindicatos simplemente porque los había hecho desaparecer durante décadas. Las turbulencias políticas entre la clase obrera mundial anuncian eventos históricos.

Siempre el punto crucial para enfrentar a los burócratas es dejar en claro que las necesidades elementales de los explotados no pueden esperar. Los burócratas suelen tener «paciencia» porque no los aquejan las enfermedades cuando los hospitales están saturados ni les duele el cuello por la soga que apreta los últimos días del mes. Es decir que la lucha por la recuperación de sindicatos y por llevarse puesto a los punteros en los barrios es una lucha material, por el salario, la salud y la educación. Junto a ello pervive el principio de la democracia, elemental para los explotados… no es lo mismo luchar por el derecho a la voz de un obrero que de un intelectual, cuando el obrero alcanza la consciencia de su derecho a expresarse, entonces ya no hay vuelta atrás. El desocupado tiene derecho a organizar piquetes sin la aprobación de ningún puntero.

En los medios ya se habla de un diciembre caliente. Es verdad, aunque también deberá prestarse atención la crisis que abrirá el proceso electoral en noviembre. Para que la crisis política se transforme en un estallido social es imperioso que dentro de las grandes reivindicaciones de las masas se desarrolle un programa para liquidar políticamente – y si es necesario también física y violentamente – a punteros y burócratas.

Maxi Laplagne