La primera línea se expande por el mundo

Escribe Martina Kleijzer

Luego del 18 de octubre los cabros que nos cuidan en las protestas se han vuelto fundamentales. Son chiquillos valientes, dispuestos a luchar contra la dictadura de Piñochet hasta las últimas consecuencias. Estar allí adelante poniendo sus escudos sólo para que podamos reclamar en paz no es nada fácil y no es para cualquiera. Los pacos son asesinos, violadores y secuestradores de niños. Nos tiran a los ojos. Nos tiran gases que no te dejan respirar. Nos humillan. Y aun así la primera línea nos sigue cuidando de ellos. 

La primera línea nació por simple solidaridad y la une el objetivo de inaugurar un nuevo Chile. No hacemos diferencia de bandera para contar con su apoyo incondicional. Da igual si sos anarquista, comunista o lo que tú quieras ser, lo que importa es que todos tiramos para el mismo lado. 

Por supuesto que se dirá una y otra vez que la primera línea necesita de orientación política ¡Qué novedad! Pero yo creo que es al revés y que hay que aprender la orientación política de quienes están escribiendo la historia. La primera línea no me habrá enseñado las obras completas de Neruda pero me enseñó a hacer barricadas y fogones donde las letras de rap superan la lírica de cualquier artista. Pero, atención, porque en la primera línea también se discute política de alto vuelo. Llegar a la conclusión de que el SENAME se termine de una buena vez no es para cualquiera y menos en un país donde los fachos quieren hacernos creer que desde niños podemos ser castigados por ley. La primera línea nos escucha, nos lee y también escribe. Saca conclusiones, piensa, se eleva y nos inspira. 

Chile no inventó las barricadas, no me voy a agrandar tanto, pero los videos de primera línea tuvieron más likes y views que Nicolás Massú. El mundo entero vio ante sus ojos cómo se lucha en Chile, con qué métodos, con que rabia, con qué perseverancia. De alguna forma la primera línea chilena marca una cultura. Es casi pop. Todos quieren ser como ella. Pero, de nuevo, no nos agrandemos. Los métodos de la primera línea son los de los obreros de todo el mundo, los de los comuneros de París, los levellers ingleses, los bolivianos del 52 y tantos otros. El mismo 2019, hay que admitirlo, no lo iniciaron Chile y Bolivia sino Puerto Rico y Ecuador donde la primera línea batalló con los mismos métodos y la misma vitalidad que en Chile. 

Piñera tiene miedo a la primera línea. Y no justamente porque nos defendamos con piedras. Cualquier sabe que las balas de plomo le ganan a las baldosas de cemento. Tiene miedo de que el método de primera línea se contagie todavía más entre la clase obrera. Tiene miedo a que los cabros de Unilever hagan barricadas para expropiar la fábrica. Y el miedo de Piñera se contagia a los gobernantes de todo el mundo porque ve que esta vez va a encontrar una defensa incondicional del otro. Los capitalistas ven que la granja se está rebelando. La primera línea internacional de la clase obrera acabará con este sistema podrido que nos quiere pobres, enfermos y deprimidos. La primera línea internacional del proletariado mundial les responderá con esfuerzo, solidaridad, revolución y alegría. 

21 comentarios sobre “La primera línea se expande por el mundo

  1. Mucho CHI CHI y nada de LE LE.
    Su «Fuera Pinera» es un «Vuelve Bachelet» o algun otro chanta «socialista» y sigue rodando la calesita «en la esquinita sombria»
    Es un gran embuste el de que las generaciones venideras aprenden de los errores= LOS REPITEN

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