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La UBA de Bill Gates

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Algunas clases de Arquiterctura comenzarán el viernes nueve de abril, es decir, el día que cierran las elecciones  ¡convocadas para el lunes 4/4!

El golpe de palacio que comenzó hace tres años con la apropiación ilegal de la Federación Universitaria de Buenos Aires por parte del macrismo quedará consumado ahora con la obligación a todo el estudiantado de votar en sus elecciones tras dos años sin pisar sus facultades. Es un escándalo que retrotrae cien años atrás a la universidad; representará ya no sólo la supeditación estudiantil a ser minoría absoluta en los organos de gobierno sino a su disolución. La Cámpora rezongó en algunos medios sobre la medida ¡pero convocó a elecciones en Filosofía y Letras! ¡Lo mismo que está haciendo la izquierda en Farmacia y Veterinaria! Se acaba de consumar un frente de camarillas estudiantiles heterogeneo, plural e inclusivo – con el aval de rectores y decanes.

HIDROVÍA

Detrás de los movimiento antidemocráticos se esconden, digamos, movimientos antiobreros, capitalistas y privatistas. La UBA no ha escapado a los giros monopolistas que vivió el mundo después de marzo de 2020, al contrario, el Estado ha dejado de ser el principal sostenedor de la organización digital de la burocracia universitaria en su reemplazo por Microsoft. Esto ya sucedía con las transacciones financieras, el pago de sueldos y la emisión de tarjetas de débito y crédito que el gobierno de Cristina Kirchner había entregado al Banco Santander.

La última novedad ha venido por parte de la Facultad de Ingeniería que hará de tercer violín de la concesión que el gobierno nacional ha firmado para  la construcción de la hidrovía del Paraná «ganada» de forma escandalosa por capitales franceses y belgas dirigidos desde Argentina por Gabriel Romero, acusado por el lavado de seiscientos millones de dólares en la causa de los cuadernos Gloria. En diciembre, Emanuelle Macrón había sido nombrado por el rectorado como miembro honorable de la UBA. En la concesión, el otro competidor de fuerza estaba representado por una empresa china dispuesta a invertir en la hidrovía – la CCCC Shangai Dredging – que denunció maniobras de todo tipo para ser anulada. La «guerra económica» que saciude al mundo tiene su expresión Buenos Aires y, por supuesto, los gestores de su Universidad toman postura. Para peor, leyendo detenidamente las más de doscientas páginas del proyecto presentado por la Faculotad de Ingenieria, en realidad, se termina por observar que la Universidad simplemente hace las veces de testigo del movimiento que rige de fondo ya que la importación de los barcos de dragrado que se utilizarán para la obra- no sa fabricará uno en Argentina a pesar de que cuenta con la tecnología para hacerlo – estarán todos digitados por el Ministerio de Defensa y supervisados por la Prefectura Naval. La penetración de los milicos nunca acabó en la UBA, los Alterini siguen vivos detrás de los convenios. En Octubre de 2020, el gobierno nacional derogó la ley que prohibía a la marina la edificación de los terrenos lindantes a Ciudad Universitaria, hasta entonces sede del Club CUBA y ahora otra vez bajo manu militari. Como reza – ningún diario de izquierda, sino el mismísimo Cronista ahora propiedad kirchnerista «en materia de defensa, Argentina ha acabado por posicionarse definitivamente del lado de Washington y la OTAN (14/3)». La UBA no es una isla, el apuro por cerrar las elecciones es la respuesta anticipada al sacudón que generará entre la juventud obrera la guerra, como expresión general, y las reformas del FMI, como suceso particular.

En una entrevista para los anales de la historia,  el propio Joseph Stiglitz reivindicó los logros conquistados por la Unión Soviética, entre ellas, dijo, la educación universitaria. A los grandes capitales se les cae la baba frente a los progresos de la educación pública en el mundo entero y Argentina no es la excepción, donde las empresas ni si quiera necesitan avanzar en su arancelamiento porque entre convenios y venta de posgrados la rentabilidad les es más que positiva. Este entramado de negociados «ocultos» es el que gesta las camarillas que chocan entre sí por la apropiación de los negocios, los cuales no discriminan entre la educación científica o humanística – siempre dónde haya interés en la formación, se encuentran accionistas que liquidan ganancias extraordinarias en cada votación del Consejo Superior. Vease, por ejemplo, la diplomatura «en género» que vende la Facultad de Filosofía y Letras desde el año 2021, una verdadera tomada de pelo que transforma en un negociado la lucha descomunal de las mujeres argentinas contra la violencia y la opresión. Las camarillas terminan ellas mismas engrampadas en negocios que van más allá de la educación universitaria como en el caso de la Facultad de Medicina,  gestora de los insumos médicos y odontológicos tasados en dólares que aumentan los costos de la medicina privada o socia en las clínicas que lavan pesos recibidos desde el Estado dejando morir a jubilados sin atención. Son más de uno los funcionarios de la UBA implicados en causas de Mala Praxis y, por supuesto, denunciados por coimas, corrupción y hasta espionaje ilgeal como es el caso de Darío Richarte en la Facultad de Derecho.

PANDEMIA

La UBA le dió la espalda al pueblo durante el progreso del Coronavirus. En algunos casos esto ha llegado al extremo del ridículo, por ejemplo, levantando la voz contra el instituto de Filología Clásica de la UBA que realizó un ciclo de conferencias acerca de la propagación de las pestes en el mundo antiguo (¡!) o, más escandaloso aún, las declaraciones del decanato de Medicina rechazando la llegada de médicos cubanos para la atención del COVID. A la vez que militó desde todos sus campos contra la cuarentena, el rectorado utilizó la misma para sellar el monopolio de la educación virtual como ha sido más arriba descrito. El proyecto presentado por la UBA para el desarrollo de la Vacuna Argentina jamás pasó de notas en los diarios y, en su caso, los funcionarios de FMED son los mismos que desde el CONICET regalaron a una empresa textil la fabricación de barbijo industria nacional. A falta de posibilidades de organización de grandes movilizaciones, el salario docente de la UBA ha sufrido sus dos años de mayor retraso en los últimos cuarenta mientras que toda la planta tercerizada que contrataban las facultades para la limpieza directamente fue dada de baja.

En este marco, el rectorado tuvo aliados «imprevisibles». La Asociación Gremial Docente dirigida por una de las fracciones del Partido Obrero denunció desde el mismísimo marzo de 2020, dixit., la imposición en la Universidad de una «virtualidad forzada» o «sin consulta» mientras obviamente absolutamente ningún docente reclamaba por la presencialidad. Algunas fuerzas de izquierda llegaron al absurdo de movilizarse a las puertas de las facultades en reclamo de la vuelta de clases presenciales. Se ha consumado todo ello con la celebración actual de la convocatoria a elecciones. Prensa Obrera, en vez de denunciar un golpe palaciego, «apunta a una gran victoria en Facultades como Filosofia y Letras»… ¡ocultando que la realización de elecciones lo marginará en todo el resto de la Universidad! Por su parte, la supuesta victoria en FFyL es más que dudosa, el Partido Obrero viene de abandonar a la única lista de izquierda en toda la universidad que conquistó una representación de graduados por la simple razón de que entre sus filas se encontraban miembros de 1917. El rechazo a la unidad entre la militancia juvenil – lo mismo que en los sindicatos – es un tiro en las piernas. En este marco, sin una campaña urgente por parte del movimiento universitario – docentes, no docentes y estudiantes – avanzamos hacia el monopolio político total de la Universidad por parte de las camarillas moradas.

PLEBISCITO ANTES DE LAS ELECCIONES

Se debería consultar a la masa estudiantil si acuerda o no con ir a una elección. El 25% del padrón jamás pisó una Facultad y el CBC no podrá votar porque se exigen, mínimo, dos materias aprobadas (razón por la que las elecciones se hacen en el segundo trimestre). Los centros de estudiantes, en vez de plegar sus elecciones a las camarillas, deben convocar a una consulta general sobre el acuerdo o no a votar para conocer la deliberación de la masa, la cual debe ser refrendada en asambleas. Vale lo mismo para los sindicatos docentes donde, en cambio, AGD se ha sumado a la convocatoria a elecciones para abril.

Maxi Laplagne