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¿Por qué crece el Frente de Izquierda en las encuestas*?

¿Por qué crece el Frente de Izquierda en las encuestas*?

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Escribe Maxi Laplagne

Los periodistas de Clarín han sido incapaces de detectar el dato más importante de las encuestas que han sido difundidas el fin de semana. En términos reales el Frente de Izquierda parte de un piso que le garantiza la conquista de dos bancas en la Provincia de Buenos Aires y una en la Capital. Lo que en la última década ha sido el techo, pasa a ser el punto de partida.

¿Por qué?

Argentina asiste a una crisis de desintegración política, calcada al proceso que vive todo el continente, pero con características que lo distinguen. Si en Chile cae el régimen pinochetista, en Argentina se disgrega algo así como el “posmenemismo”, una variante política que nunca ha encontrado pax, ya que su fundamento crucial consiste en desbaratar el giro revolucionario que las masas iniciaron en el año 2001.

Atrás de los fundamentos políticos, subyacen las estructuras económicas del régimen y, en tanto tal, el menemismo apenas sentó las bases de un capitalismo argentino estructurado de acuerdo a los contratos de trabajo precario, la educación privada y el vaciamiento sanitario. Hemos vivivo en las últimas dos décadas a una transformación de las relaciones de explotación lo cual ha desencadenado, por el momento, grandes gestas todavía aisladas contra el despotismo patronal, sea la lucha contra los despidos en Kraft, en el Casino, en Lear o en Gestamp. Quienes luego del 2011 se jactaban de ser “anti neoliberales” olvidaban que las premisas sobre las que se forjó kirchnerismo son las de Lavagna negociando con el FMI. Un régimen, finalmente, xenófobo, acostado en migrantes de todo el continente y, también, del África, para hacer recaer el valor de la fuerza de trabajo al límite.

No es casualidad, entonces, que La Cámpora engendre a Sergio Berni, sino, más bien, su continuidad histórica, la contrarrevolución democrática. Los efectos de la peste no deben medirse sólo en términos sanitarios, sino, sobre todo, cosmogónicos. Incluso a niveles que llevan a la semiesclavitud en las plantas tecnológicas de Pekín, un sector del imperialismo se ha levantado contra el actual ordenamiento de las relaciones sociales de producción, en fin, el capitalismo ofrece demasiadas libertades al ser humano. La primera gran crisis política de los gobernantes de turno, entonces – obsérvese la dialéctica del asunto -, surge por derecha pero se manifiesta por izquierda.  El discurso de «guerra a la pandemia», («una guerra que daremos hasta el final», en palabras de Fernández) fue el último esfuerzo post 2001 de la burguesía nacional de colarse entre las reivindicaciones del pueblo, de allí, han pasado al presencialismo pleno y, véase por ejemplo la reciente entrevista de Daniel Scioli para el Buenos Aires Times, de bolsonarismo explítico. Lo que ellos llaman «mística», recordemos, murió entre las balas de la Federal contra el pueblo que fue a despedir a Maradona.  Por su parte, y aquí lo crucial de la etapa, la derechización del gobierno demuestra que el propio régimen intentará evitar una polarización, digamos, a lo 2015, la cual podría acabar en la consagración definitiva de la política como la expresión de la grieta real que subyace a la sociedad. En el contexto de piqueteros que se movilizan de a cientos de miles, pasar la lucha de clases al plano electoral es el último deseo de la burguesía. Puede que la polarización se termine transformando en la consecuencia de la propia presión popular. En fin, ni Durán Barba previó «polarizar» con Pedro Castillo.

De la crisis política, Gabriel Solano ha concluido un incipiente crecimiento del Frente de Izquierda, lo cual es estrictamente falso. Aún desintegrado, hasta el régimen chileno ha encontrado una izquierdización sui generis. La polarización política de los Estados Unidos ha desintegrado a los participantes estadounidenses del Foro por América Latina que organizó el FITU más que levantarlos, mismo proceso que sufre la izquierda francesa luego de los chalecos amarillos o la propia izquierda española tras la prisión a Pablo Hasel. La Izquierda Diario Chile que se jactó de «haber llegado en Octubre del 2019 a un millón de visitas» (sic.), ha dejado en manos del stalinismo la iniciativa política. La izquierda argentina ha fracasado en transformarse en un punto de apoyo para la revolución latina, lo que le ha valido una pulverización nacional y global, ha abandonado, como se dice por ahí, la primera línea. La crisis desintegra todas las variantes del régimen, más a la derecha, más a la izquierda, sin darle la mínima importancia, en fin, la barrera última que sostuvo dos años a Macri en el poder fue el apoyo de la Izquierda a las leyes de contención. En este caso, la izquierda actuó abiertamente contra la masa de Desocupados, el estrato de la sociedad que se ha mostrado como el fuego de la chispa revolucionaria nacional, al menos, desde Cutral Có. Es el movimiento revolucionario que rige América Latina el que catapulta al Frente de Izquierda y no los cálculos algebraicos de las encuestas.

Partiendo de este piso, en el contexto de la actual crisis, con la mitad de América Latina insurreccionada, sacar en Octubre lo mismo que dan las encuestas actuales sería un fracaso. Sin embargo, la política del fracaso consciente es la que ha elegido el Partido Comunista de Chile, a cuya dirección se la denuncia por no querer arrancar la campaña electoral y ganar la presidencia. El PC prefiere «esperar un poco», a ver si el régimen crea una variante antes que él. No inventa nada, repite el derrotismo de la Guerra Civil Española, entrega la iniciativa al fascismo y la izquierda capitanea el proceso político «por omisión». En nuestro caso, una primera estrategia derrotista de  Frente de Izquierda criollo ha sido la de esperar el ordenamiento de los cargos para lanzarse a juntar votos y las vueltas y vueltas de la mayoría de sus partidos por incorporar a todos los partidos que quieran participar de las internas. Por ejemplo, la campaña electoral sólo se podrá meter en los sindicatos si ello no genera un cruir infinito entre la izquierda.

Los opositores a la dirección oficial del Partido Obrero, todos, hemos votado y organizado la fiscalización del FITU en el año 2019, ese ha sido el principio electoral que nos ha guiado, en el que nos resulta de mayor gratitud el impacto político que puedan generar las elecciones entre la gran masa obrera que la división infinita entre facciones electorales. La presentación  de un polo único de toda la izquierda, con libertad de agitación en la campaña electoral, es una condición sine qua non para lograr un salto electoral revolucionario.

 

*Encuestas tomadas de Clarín
Nueva encuesta electoral en la Ciudad: cómo está la pelea Juntos por el Cambio vs. Frente de Todos (clarin.com)

Sorpresa electoral: despega Florencio Randazzo y el Frente de Todos aparece segundo en Provincia (clarin.com)